El proyecto busca mitigar los efectos negativos del intenso frío en la salud de las 72 familias locales, quienes viven en condiciones de extrema pobreza y se enfrentan a graves limitaciones de acceso a servicios de salud. Debido a un aumento inusual de las heladas, las temperaturas han alcanzado hasta -7°C, lo cual ha perjudicado la salud, especialmente en niños menores de 10 años y adultos mayores, y ha incrementado la frecuencia de enfermedades respiratorias. El proyecto proporciona kits de alimentos no perecibles y abrigo, esenciales para estas familias vulnerables, quienes carecen de recursos para acceder a estos productos básicos.